17 noviembre 2008

Entrevista a Nacho Casanova



En cosa de una semana, el historietista Nacho Casanova (Zaragoza, 1972), ha experimentado por dos veces la especial felicidad de que gozan los creadores al ver materializada en forma de libro la labor de muchos meses. Autobiografía no autorizada, volumen 2 (Diábolo Ediciones) y Un Día(Dolmen Editorial),suponen la confirmación de lo que ya apuntaba el primer volumen de Autobiografía... : que Nacho está desarrollando una voz y una poética propia y única, basada en el encomio de lo (en aparencia) trivial y la búsqueda de lo extraordinario en lo ordinario. Gran conversador y dotado de una personalidad marcadamente extrovertida, no sorprende que haya convertido la compleja (re)construcción de los diálogos en el basamento fundamental de sus narraciones, en las que recrea tanto vivencias propias como ajenas, apropiándose de estas últimas con el mismo grado de autenticidad. Algo que sin duda quedará de manifiesto en el que será su próximo álbum en breve: Le Mistigry, con guión de Stygryt. Pero antes de que eso ocurra, hablamos con Nacho Casanova sobre los dos trabajos recién aparecidos.

Entrevista realizada por J. Edén (*) para Guía del cómic.

¿Qué fue de la mancha que caracterizaba tus trabajos en sus primeras etapas? ¿Has renunciado a ella definitivamente? ¿Por qué?

Sí, he renunciado a ella. Las he sustituido por texturas de puntos (Autobio 1 y 2) o manuales (Un Día). Al principio, después de haber dibujado la página, me dedicaba a "esconder" el dibujo, bajo una mancha, que aportaba el tono dramático que buscaba. Ahora busco fluidez. Busco algo de humor y de optimismo vital (incluso en las historias más duras), y una mancha negra no aporta eso. Creo que he ganado mucho en grafismo, al encontrar una nueva forma de dibujar con la que me encuentro tan a gusto, y de manera tan natural.

En tu blog, hace unas semanas comentabas algo así como que se te había pasado la edad de la experimentación formal (muy presente, tanto en muchas historietas cortas, como en tus dos primeras monografias. Sin embargo, tanto en los Autobio como en Un Día sí existe, creo yo, una gran preocupación formal, sobre todo en los guiones -con el manejo del tempo, la combinación de situaciones y puntos de vista, ciertos giros de tono...-. ¿Realmente no eres consciente de estar "experimentando", o fue cosa de tu natural modestia?

Efectivamente, hay una gran preocupación en los guiones de mis tebeos de ahora, igual que antes. En eso se mantiene el mismo interés. Pero hay matices: antes experimentaba para ver qué salía, qué sucedía cuando llegaba al lector. Ahora me interesa que el lector lea con fluidez mis historias. Y toda la preocupación se va en facilitar esa fluidez al lector. De hecho, no lo considero "experimentar", al menos tal y como yo empleaba conscientemente esa experimentación, que era más bien provocativa. Mientras que ahora, ya te digo, es más bien un uso "facilitador", cercano, o amable, de las herramientas que aprendí a manejar entonces.

Entonces, aunque siempre te ha atraído el grafismo más expresionista y oscuro, con el tiempo has acabado por asumir que en realidad no sólo no se ajusta al tipo de mensaje que pretendes para tus historias sino que, de hecho, te resulta contraproducente.

Por lo menos, al mensaje que quiero transmitir actualmente. Es verdad que de todo aquello queda un gran aprendizaje del lenguaje. De algo servirá, digo yo.

Lo cual se podría definir como una decisión ética...

Bueno, yo lo veo más bien práctico.

De todas formas, me sorprende un poco lo del "mensaje positivo", dado que la última plancha de Un Día resulta bastante demoledora...

Es verdad, me refería más a Autobiografía. Aunque también al tono. Incluso en lo negativo, hay un fondo tierno y optimista, y a veces, humor. Cosa que antes estaba descartada.

Lo que no ha cambiado es tu gusto por dibujar la arquitectura y el paisanaje urbanos y, en concreto, los de los barrios más humildes.

Sí. A mi, lo que más me gusta dibujar son las cosas que sé cómo son. Se me da muy mal inventar, no sé, arquitecturas ficticias y cosas así, de fantasía. Le tengo un gusto especial a hacer dibujos a los sitios y las personas que me dan esa chispa de trabajo. Que son las que toman café en el mismo bar que yo, o que comparten algo de su cotidianía con la mía. Que suelen vivir en barrios periféricos (en el caso de Valencia), o en el Gótico más canalla (en el caso de Barcelona).

En los dos Autobiografía, el grueso de las historias adoptan el aspecto de relatos de anécdotas, con un punto de humor (y, en más de una ocasión, un sustrato de negrura y acidez). Y, en un aparte diferenciado, se situarían las tres historias (dos en el primer tomo y un a modo de epílogo en el segundo) sobre la ruptura de tu anterior relación sentimental, que muestran un caracter más intimista e introspectivo. ¿Entraba en tus planes desde un principio el incluir este tipo de relato más abiertamente confesional, o fue una decisión tomada al hilo de los acontecimientos?

Ambas cosas, aunque sean contradictorias. Comencé a escribir y dibujar Autobiografía por uno de esos relatos (digamos, que al hilo de los acontecimientos). Todavía no sabía qué tono iba a tener el proyecto. Entonces sucedieron cosas, y decidí contarlo así. Esta última historia ya estaba prevista para el segundo tomo antes de publicar el primero.

¿Y te planteas algún límite al respecto del nivel de auto-exposición?

Sí, pero desde luego aún no he llegado a él. Es una duda constante: ¿Cuento esto, o no? ¿Digo exactamente lo que pasó por mi cabeza, o no? Es verdad que hasta ahora ha ganado el guión. Quiero decir, que reconozco que tergiverso la realidad lo que haga falta, hasta que las historias sean interesantes, y entonces lo de la exposición es relativo. Siempre podré decir que me lo inventé, je, je, je… Creo que en Autobiografía 3 espero soltar unas cuantas cosas que aún tengo pendientes, pero tardaré, porque quiero reflexionar sobre la forma en que las que voy a contarlas.

Tengo curiosidad (si me la permites): ¿llegó Cri a leer el primer Autobio?

Permitido: no lo sé.

¿Cuánto tiempo al día dedicas a observar y fantasear acerca de la gente que te rodea?

Todo el rato que estoy fuera de casa. Y mucho rato del que estoy dentro.

¿ Y cuanto tiempo transcurre entre que acaece algo que consideres digno de ser narrado y su traslación a viñetas?

Pues realmente no lo sé. Sé lo que tardo en anotarlo en mi libreta para trabajarlo después: un minuto, o menos. Anotar la idea siempre es inmediato. Como siempre estoy trabajando en ese momento en algunas páginas, es al terminarlas cuando reviso mi lista de ideas, y decido cuál va a ser la que tergiverse la próxima. En cualquier caso, entre el hecho vivido y el lector hay un desfase de un año, como mínimo.

He intentado evitar la pregunta tópica acerca del grado de veracidad de las historias, pero, personalmente, me resulta difícil creer que fueras tan borde con la camarera de "Ánimo de presencia".

Querrás decir que ella fuera tan borde conmigo, ¿no? Yo sólo me limité a darle explicaciones a alguien que las exigía sin ningún motivo ni razón de su parte. Yo fui muy educado, como en el tebeo (o igual no, pero así es como lo he contado, ji, ji, ji).

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(*) J. Edén ya entrevistó a Nacho Casanova, junto a varios otros jóvenes historietistas valencianos, en U nº 24 (2002). Fue co-creador de los fanzines Wopitti-Whop! (1988-1997) e Imágenes (1994-1995) y colaborador, en solitario o bajo el seudónimo colectivo Equipo Roccocomics, de diversas otras cabeceras gremiales.